BIENVENIDO AL MOVIMIENTO ANTI GUARDARRAIL

El movimiento Motero
¿QUIENES SOMOS?
Somos una representación del colectivo motorista que hay en Mallorca, de diferentes tipos : motos deportivas, lentas, scooters, vespas, motos de campo,…
¿CUAL ES NUESTRA MÁXIMA REIVINDICACIÓN?
La eliminación de los guardarrailes asesinos (los famosos quitamiedos). En 2005, más de 700 personas hanmuerto “guillotinadas” en un guardarrail de los que tanto abundan en nuestras carreteras. Un impacto de un motorista a más de 29 km/h puede provocar la amputación de alguno de sus miembros, y lo que simplemente podría haber sido un simple arrastrón, acaba en tragedia.
¿POR QUE NOS MANIFESTAMOS?
Reclamamos más seguridad vial. Al igual que nuestros compañeros motoristas del resto de España, hoy nos manifestamos para exigir a las administraciones que lleven a cabo las mejoras en la Seguridad Vial que la Ley exigió en 1995 (según ORDEN CIRCULAR 321/95 del Ministerio de Obras Publicas, Trasporte y Medio Ambiente):
-Sustitución de los Guardarrailes (quitamiedos) por otros menos dañinos, en caso de accidente de un motorista. (Guardarrailes asesinos)
-Utilización de Pintura vial antideslizante, sobre todo en pasos de peatones, curvas,etc..
-Eliminación de los puntos negros viales, lugares con alta concentración de accidentes.
¿QUE OTRAS MEJORAS RECLAMAMOS?
- Clases de Seguridad Vial en Escuelas. Los niños son los futuros usuarios de las carreteras, tanto en moto como en turismo.
- Aumento de las plazas de aparcamiento para motos, fomentar el uso de la motocicleta como vía de descongestión del tráfico.
- Utilización del Carril-Bus por parte de las motocicletas.
- Poder estacionar motos en aceras de más de 2,5 metros de amplitud.
- Rebaja del IVA al 7% en material de protección: cascos, guantes, chaquetas,…
- Rebaja en el IMVTM (Impuesto Municipal de Vehículos de Tracción Mecánica) para incentivar la venta y uso de motocicletas.
Por todo ello, solicitamos tu apoyo y comprensión.
Gracias

Apoyanos en nuestras manifestaciones !!
Gracias

lunes, 8 de junio de 2009

Por tres cochinos minutos


Por tres cochinos minutos

Creo que todos deberíamos leerlo y reflexionar un poco sobre las responsabilidades que conlleva la conducción en carretera abierta:

“A ver si consigo que me leas con atención, Fulano o como te llames. Porque hace poco me mataste a un amigo. Y digo amigo, porque lo era. De verdad. No le había visto la cara nunca, pero eso no importa. Lo era, repito. http://blog.motobox.net/articulos/por-tres-cochinos-minutos/ Leía mis libros, y también esta página cada semana. Tenía 28 años, era bien parecido, deportista, corría diez kilómetros cada día. Buena pinta, sano y fuerte. Además era un tipo noble, sencillo, derecho, con sentido del honor como los de antes, con palabra, apretón de manos franco, y todo eso. Con sentido del humor, además, lo que era un regalo, un don de la existencia para quienes estaban con él. Había aprendido a disfrutar de la vida con dignidad y con decencia. Hay gente que vive noventa tacos de almanaque y nunca llega a ser tan sabia y lúcida como lo era él. Amaba el mar, como yo. Tenía una familia, una novia, unos amigos. Tenía una perra que ahora lo busca con ojos leales y tristes, moviendo el rabo esperanzada cada vez que alguien roza la puerta. Tenía un futuro. Si tú se lo hubieras permitido, habría llegado a ser un tipo de esos que hacen el mundo soportable, en vez de una cloaca sucia y oscura, a merced de irresponsables como tú.

También tenía una moto, aunque no era uno de los que van haciendo el cimbel como suicidas prematuros. Aquella mañana circulaba despacio, cerca de la playa, con el casco puesto y guardando las precauciones adecuadas. Y ése fue el momento que elegiste, maldita sea tu estampa, para salir con el coche de la gasolinera a toda velocidad, saltándote tres carriles antes de girar en dirección prohibida, a fin de ahorrarte los cien metros hasta el siguiente cambio de sentido. Llevabas a tu mujer y a tu hijo en el coche, y aun así hiciste esa pirula. Te jugaste tu vida y la de ellos por ganar tres minutos, y arrancaste de cuajo la de otro. Le diste de lleno, clac. Moto y motorista a tomar por saco. Doce días en coma, luchando entre la vida y la muerte. Y luego, ya sabes. Como esos aparatitos de las películas: la línea recta en el monitor. Piiiii. Pero no era una película, sino la vida de un joven lleno de sueños y esperanzas. Por usar un lenguaje de cine y que lo entiendas, cretino: cuando matas a alguien le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría llegar a tener.

Por supuesto, ahora estás en la calle, tan campante. Los miserables como tú no van a la cárcel. Ignoro exactamente qué te cayó, si es que fue algo además de tres meses sin permiso de conducir. Si la gentuza de tu calaña fuera al talego cada vez que despacha a alguien, las cárceles iban a parecer el camarote de los hermanos Marx. No hay más que veros pasar al volante, inconscientes, letales, a toda leche, creyéndoos inmortales. Seguros, como fue tu caso, de que si alguien palma, será otro. Así que imagino que a estas alturas ya estarás conduciendo de nuevo, como si nada. Los jueces son comprensivos en esto, por lo general; y en cierta forma toco madera, porque la vida da muchas vueltas y nunca se sabe. Ignoro si un día seré yo quien tenga que verse ante un juez. Pero tales son las contradicciones de la vida. Además, lo mío es sólo una hipótesis: no suelo ahorrarme esos cien metros hasta el cambio de sentido, ni me salto los carriles de tres en tres, ni circulo como un majara. Lo tuyo es una realidad: estoy hablando de ti y de tu caso. No tengo toda la información, pero sí la sospecha de que, en vez de prohibirte conducir durante el resto de tu vida, o mandarte un año a trabajar, por ejemplo, al hospital de tetrapléjicos de Toledo, ayudando a gente a la que otros como tú jodieron la vida, supongo que la Justicia, benévola, habrá permitido que te redimas con el pago de una multa. Es lo que suele. Y ahora ni remordimientos tienes, ¿verdad? Parece mentira la capacidad de supervivencia y egoísmo del ser humano. Cómo nos convencemos a nosotros mismos de que la mala suerte, el destino, etcétera, tuvieron la culpa. Al final siempre resultamos asquerosamente inocentes. De todo. Y quién te ha visto y quién te ve. Quién reconocería ahora en ti al lloroso mierdecilla que se justificaba ante los guardias, desolado, frente al cuerpo tirado en el suelo, aquel día de la gasolinera. Pasa el tiempo, y nos justificamos, y si los dolores propios terminan diluyéndose en el recuerdo, para qué decir de los dolores ajenos.

Por eso escribo hoy esta página. Para recordártelo. Para contar que me arrebataste a un amigo al que nunca llegué a conocer. Para decirte que ojalá revientes. Cabrón.”

Por Arturo Pérez-Reverte año2004